Laura y Mariana: Dos mujeres empeñadas en crecer y hacer el bien
“…fue una verdadera ‘influencer’, una pionera,
mujer muy revolucionaria en su campo…”
-¡Mi abuelito querido! Tengo tremenda curiosidad porque estuve investigando acerca de la primera mujer que en Cuba se graduó de Médico, según investigué, tuvo que soportar muchas vejaciones solo por ser mujer… Me inquirió mi nieta Mariana a pocas horas del amanecer del domingo.
-¿Conoces algo sobre ella que me pudieras explicar?, porque yo quiero estudiar la carrera de Medicina y hoy, lejos de ser una limitación para nosotras, es una gran oportunidad que miles de muchachas asumen con mucha responsabilidad.
- Estás en lo cierto, mi nieta preciosa, le respondí, tú siempre tan curiosa y entusiasmada por la lectura. Le explico: Es muy cierto todo lo que se ha escrito sobre esa valiente mujer que se llamó Laura Martínez de Carvajal, nacida en 1869 fruto del matrimonio de una acaudalada familia española que se había radicado en La Habana.
Laura siempre fue una niña, adolescente y joven muy inteligente, estudiosa y responsable en el cumplimiento de sus deberes, pero la época y las circunstancias que le rodearon fueron muy adversas para el desarrollo de la mujer, pues estaban sometidas al destino de las damas de su tiempo: casarse, tener hijos y ocuparse de los quehaceres domésticos.
Pero Laura no era así, su pensamiento estuvo por encima de esos sometimientos, y por su actuar valiente se va inscribiendo poco a poco en el honroso libro de esas mujeres cubanas que han escrito memorables páginas en la historia por tener un pensamiento y acción avanzados para la época que vivieron. Laura Martínez Carvajal, fue mucho más lejos, y constituyó un ejemplo a seguir, incluso para las mujeres de la actualidad.
Algunos datos sobre ella revelan que cursó la primaria en la Escuela de Señoritas de la profesora española Manuela de Concha y Duval y se graduó del Bachillerato a los 13 años, en el Colegio de San Francisco de Paula. Con solo 14 años, logró matricular en las facultades de Ciencias Físico-Matemáticas y de Medicina de la Universidad de La Habana, desempeñándose con igual esmero y resultados en ambas carreras entre 1883 y 1889 con excelentes notas, según consta en el Archivo General del centro académico.
Algo que te decía al inicio se manifiesta ahora, porque durante sus años de estudio tuvo que sobreponerse a las burlas y comentarios ofensivos generados solo por su presencia en un aula donde todos eran hombres. Varias anécdotas refieren que fue sometida, además, a las trabas docentes impuestas por algunos profesores que no concebían su presencia allí dados sus pensamientos retrógrados y escolásticos.
Pero Laura desafió el entorno, las trabas, a sus detractores, demostró su capacidad e inteligencia y a punto de cumplir los 20 años de edad se convirtió en la primera cubana que logró obtener el título de Licenciatura en Medicina y Cirugía el 15 de julio de 1889, hace 134 años, en el antiguo hospital “Nuestra Señora de las Mercedes”. Así pasaba definitivamente a las páginas más ilustres de la historia nacional y universal.
Demostrando además su capacidad como mujer, con amplia solvencia para estudiar, trabajar y amar, cinco días después de recibirse contrajo matrimonio con el doctor Enrique López Veitía, uno de los oftalmólogos más brillantes de Cuba en los finales del siglo XIX y principios del XX, y así como su pareja de vida, Laura Martínez también practicó la especialidad de oftalmología y se considera que fue la primera mujer cubana en ejercerla. Es admirable que una mujer obtuviera tantos logros en pleno siglo XIX, lo cual no le impidió ser madre de siete hijos, sin abandonar su trabajo.
Cuando a causa de la tuberculosis el esposo se ve obligado a permanecer largos periodos en cama, Laura Martínez de Carvajal asumió las operaciones y tratamientos oculares de los pacientes. Toda esta situación la afectó sobremanera, y tras el fallecimiento de su esposo con solo 51 años, Laura abandonó la profesión muy joven, a los 41 años de edad, y murió el 24 de enero de 1941 a la edad de 72 años en La Habana el afectada por la tuberculosis, tal como le sucedió a su esposo y una hija.
Le insisto a Mariana que a pesar de su corta vida profesional, Laura Martínez de Carvajal colaboró en la preparación de “Oftalmología Clínica”, una famosa obra escrita por su esposo de la que vieron la luz tres ediciones en 1891, 1895 y 1906, así como en muchos de los 100 trabajos por él publicados sobre esa disciplina.
La vida ha cambiado mucho, las concepciones acerca del papel de la mujer en la sociedad ha avanzado hacia la emancipación, no sin vencer grandes obstáculos y tampoco de un modo generalizado. Aún hay países en los que las que las mujeres perciben un salario menor que el de los hombres ejerciendo ambos las mismas labores y profesiones.
Le insisto a Mariana acerca de lo que ocurre en nuestro país en relación con ese tema, para que tenga una visión más amplia de cuánto se ha hecho y se hace a pesar de las limitaciones económicas. De acuerdo con datos oficiales aportados por la Serie Histórica del Minsap en el 2020 se puede apreciar cómo la Revolución le ha abierto las puertas a miles de mujeres para que se formen en la noble y muy humana profesión de la Medicina, de lo cual el país se enorgullece.
Al cierre del año 2020 en Cuba, aproximadamente el 70,3 por ciento de los más de 490 mil 500 trabajadores de la salud, son mujeres, y solo en ese año, de todos los colaboradores en misiones internacionalistas, 24 mil 717 fueron mujeres, lo que representa el 55 por ciento del total de cooperantes, y de ellas, dos mil 952 integraron Brigadas del Contingente Especializado en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias “Henry Reeve”.
Además, en el curso académico 2019-2020, de Ciencias Médicas en todo el país, más de 65 mil féminas fueron matriculadas, lo cual demuestra el prominente papel que desempeña la mujer cubana en el ejercicio de la medicina en todas sus especialidades y variantes, capaz que equipararse y en ocasiones ser superior en algunas especialidades a los hombres.
Marianita, valora sobremanera la entereza y valentía de Laura Martínez Carvajal y eso le refuerza su interés por cursar la carrera de Medicina, ya hoy sin los tabúes ni retorcidos de entonces. Las muchachas como ella que se forman como dignas representantes del sector, recibirán siempre el agasajo y el cariño de ese pueblo que las acogerá en cada centro de salud donde presten sus servicios en bien de los cubanos.
Laura Martínez Carvajal: primera mujer médico en Cuba
Por: Sergio I. Rivero Carrasco