Los Indios
En el suroeste de la Isla está la reserva ecológica Los Indios, todo un santuario de la flora y la fauna más representativa de esta región de nuestro archipiélago.
Es una de las áreas protegidas con mayor diversidad de ecosistema, que van desde la duna de arena blanca y fina hasta el manglar y del bosque de sabana hasta el bosque semicaducifolio.
Y no son pocas las especies singulares que se encuentran por allí. Llama particularmente la atención la presencia de plantas carnívoras, de tamaño mínimo, pero cuya talla no disminuye su esencia depredadora. Y también la samia pigmea, una especie vegetal prehistórica al filo de la desaparición.
En los hábitats de la Reserva Ecológica Los Indios, las sabanas arenosas se consideran las mejor conservadas y representativas del país. Por esos lares medran la yaguaza, la garza azul y el garzón y a las lagunas costeras llega el canario del manglar y diversas especies de patos migratorios que visitan la zona durante la etapa de invierno.
Es un entorno importante para el tocororo, la torcaza y la codorniz, además de que constituye el mayor sitio de nidificación en el país de la cotorra cubana.
Entre los mamíferos que habitan en sus zonas arbòreas cuentan dos especies de jutías: la Conga y la Carabalí, y en los canalizos y lagunas costeras habita el cocodrilo.
La región es significativa para el desarrollo de grandes poblaciones peces marinos debido a la existencia de extensiones de zonas costeras bajas. Desovan en las playas la Tortuga Verde y la caguama.
Por estas fechas las cotorras emigran desde los inmensos bosques del sur de la Isla para poner su nidada. Se trata de un espectáculo único que llena bosques y sabanas con el chillido peculiar de esa colorida y ruidosa ave. Por el contrario, la grulla canadiense de sobrio plumaje, se esfuerza por mantener un perfil mucho más bajo y aunque son frecuentes sus avistamientos, siempre se muestra esquiva ante la presencia de intrusos.
Allí se ha realizado una seria tarea de recuperación de suelos, evitando que las lluvias y los huracanes arrastren el sedimento con todos sus nutrientes hasta la costa. Y algo que llama particularmente la atención en esta reserva ecológica son los júcaros bonsáis: Esos árboles, que en la ribera del rio homónimo pueden alcanzar hasta los 15 metros de altura, en la duna arenosa de Los Indios apenas alcanzan los 90 centímetros. En una brutal lección de supervivencia, apenas crecen y su tallo, horizontal hasta el tronco y muchas veces subterráneo, empieza allí donde su sistema radicular logra asentarse sobre una porción de suelo que le conceda los nutrientes imprescindibles. Sin dudas, en este sitio confluyen todos los paisajes pineros y, tanto en tierra como en el agua, bulle la vida en las mas impensadas formas, lejos de la actividad antrópica destructiva, apostando por la sostenibilidad y la protección de la naturaleza.
Por: Linet Gordillo Guillama