julio 27, 2024 ¿Quienes somos?

Montané, el centuriano bueno que dignifica a esta ínsula

“Montané, por dentro, era como
un volcán en erupción”

Fidel

La realidad de estos tiempos en los que se enaltecen los más supremos valores de amor, dignidad, solidaridad, amistad y patriotismo, recordamos el natalicio hace una centuria del rellollamente pinero, cubano de corazón y a la vez el más universal: Jesús Sergio Basilio Montané Oropesa, conocido sencillamente como Montané o Chucho para los pineros; ese hombre bueno de los más grandes de la Revolución cubana, combatiente del Moncada, expedicionario del Granma, fiel compañero y amigo de Fidel, su Ayudante Político más cercano hasta el último aliento de vida, diputado por esta tierra que lo vio nacer desde la primera legislatura del Parlamento cubano como muestra de su valía en la defensa de esta Isla que lo vio brotar y lo forjó junto a su familia como revolucionario cabal, fiel a la Revolución y a Fidel.

Desde aquí libró sus primeras batallas por la soberanía de Cuba y el ejercicio pleno de la dignidad nacional al exigir que en la escuela norteamericana donde estudiaba fuera izada también la bandera cubana y se cantara el Himno Nacional cubano, en enaltecedor gesto de patriotismo, amor a su historia, y el profundo sentir por su Patria, demostrado desde su más temprana edad cuando por esos años expresó:

“Al llegar a la América Central School, vi que la única bandera que se izaba era la norteamericana, lo que me afectó extraordinariamente en mi fibra patriótica y martiana. Planteé a la dirección de la escuela que estando esa escuela en territorio cubano, necesariamente había que izar también la bandera cubana, y además cantar el himno nacional como hacían todos los alumnos los viernes en las demás escuelas; eso se logró después de muchas luchas y al fin se izó la bandera cubana en la escuela americana y se cantó el “Himno Nacional”.

Este 15 de abril es como si “Chucho”, volviera a nacer. Sí Chucho, nuestro Chucho, como cariñosamente lo llamaban. Y es que hoy está más que siempre junto a nosotros en esta dicha de amor y pertinencia a sus raíces, cuando los niños se acercan una vez más a su fecunda historia para enaltecer sus propios valores reconociendo la valía de ese “hombre bueno” como lo distinguió Armando Hart en una ocasión, o como “el volcán en erupción que llevaba dentro”, al decir de Fidel por su constante actividad y espíritu transformador.

Innumerables fueron los reconocimientos recibidos por su obra, infinitas las medallas que no cabían en su pecho, pero entre todos ellos solo dos colmaron su felicidad como revolucionario: La confianza y el afecto de Fidel y sus compañeros, y el profundo cariño que por él siempre profesó este pueblo pinero, su pueblo.

Ese pinero de hablar pausado y cadencioso, siempre preciso y de palabras muy claras, compartía extensas jornadas orientando, ayudando a organizar para hacer avanzar los programas del desarrollo de su Isla en las comunicaciones como el centro de Televisión de Sierra Caballos; la planta analógica de la telefonía que aseguró el contacto directo con la capital y las provincias del país; el rescate de las aguas minero-medicinales de La Fe y su funcionamiento como centro de salud; la inauguración del Instituto de Belleza “Bella Isla”, uno de los más modernos de esa época en el país, así como las primeras inversiones en ámbito de la energía renovable, la construcción del poligráfico “Pablo de la Torriente Brau”, el apoyo al equipo de béisbol, por mencionar algunos, junto a su presencia en las sesiones de la Asamblea Municipal del Poder Popular como Diputado por este terruño.

Para él era un poco como entregar su corazón a la tierra que lo vio crecer como revolucionario antes y después del triunfo, que le dio las fuerzas necesarias en la época de Presidio para crecerse como hombre revolucionario e el fidelista que siempre fue a lo largo de su fecunda vida.

Cuando necesitemos cargar las pilas por el cansancio, cuando nos propongamos estimular el ingenio y el sentir por esta hermosa Isla, recurramos a Montané; él nos demostró cuánto vale el amor y la entrega por el terruño, aun cuando las misiones encomendadas sobrepasen ese espacio, pero siempre reconforta sentir la necesidad de regresar para abrigar de cerca la tierra que te vio nacer y crecer, junto a la valía del calor de su gente.

Chucho comparte la Presidencia del desfile del Primero de Mayo de 1999 con las principales autoridades de la Isla para saludar al pueblo pinero.
Montané abre el desfile junto a las autoridades de la Isla y todo el pueblo congregado aquí, lo cual significó su despedida.

La última jornada que estuvo Montané en su Isla fue el 1ro. de Mayo de 1999, disfrutando del hermoso y nutrido desfile por el Día internacional de los Trabajadores, orgulloso de su pueblo y de su gente, manteniéndose vivo en los jóvenes de la Universidad que lleva su nombre, en los recuerdos que atesora la casa-museo donde radicó su familia y creció el Movimiento 26 de julio, en los periodistas que reciben el Premio por la Obra de la vida que lleva su nombre, o la gran masa de obreros y campesinos de la Empresa Agroindustrial que se esfuerzan por lograr mayores aportes de alimentos en estos tiempos difíciles.

A la altura de una centuria de su natalicio, Montané se continúa revelando como el centuriano bueno que dignifica a esta ínsula, que siempre está junto a nosotros como el ser humano y revolucionario transformador excepcional que fue, acompañándonos en esta transformadora y muy enaltecedora batalla por la vida, por el bienestar de los pineros, por la continuidad de la Revolución; para que el tiempo por venir sea mejor y diferente, porque hayamos aprendido las mejores lecciones en favor de la unidad, la justicia,  el bienestar social y la solidaridad, como los más preciados baluartes para nuestra fortaleza como seres humanos y buenos e incondicionales revolucionarios, en esta ferviente batalla por enaltecer la Isla con la celebración de otro 26 de Julio en el 2024.


Por: Sergio Isidro Rivero Carrasco

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