“¡Muero por la Revolución!”
Hoy Se cumplen 95 años de la muerte de Mella, de que fuera ultimado a mansalva por los sicarios machadistas en México, y esa gloriosa frase pronunciada por él en su triste agonía nunca ha sido ni será olvidada, por el contrario, constituye símbolo de su fecunda y consecuente vida revolucionaria, expresión de que la fuerza de su ejemplo aún inspira a las nuevas generaciones empeñadas en desarrollar la Revolución en las más difíciles condiciones de cerco imperialista en la época contemporánea, empeñado a eliminarla apelando a cualquiera de las vías.
En solo unos pocos años, el intrépido Mella fue capaz de convertirse en líder de la lucha estudiantil por la Reforma Universitaria, funda la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), en octubre de 1923 organiza y dirige el Primer Congreso Nacional de Estudiantes y en noviembre inaugura la Universidad Popular José Martí, la cual cumplió con el objetivo de impartir instrucción política y académica a los trabajadores y de vincular la Universidad “con las necesidades de los oprimidos”.
Mella no descansa, y en 1924 creó la sección cubana de la Liga Antiimperialista de las Américas, difundió con ahínco las ideas marxistas desde las filas del periodismo y era promotor de una Reforma Universitaria en América Latina. Más tarde en 1925 funda junto al luchador independentista Carlos Baliño el Primer Partido Comunista de Cuba organización que estuvo llamada conducir la lucha del Movimiento Obrero Cubano en esa época.
Su acción revolucionaria alcanza tal dimensión, que rebasó los límites de Cuba; era un hombre muy joven de mucho temple e impronta formidable. Su indiscutible labor como luchador revolucionario, comunista y antiimperialista, el incesante movimiento en reuniones, tribunas, mítines con un colosal verbo vibrante y cortante, junto a sus escritos y el coraje desplegado para enfrentar la persecución y la cárcel, le dieron un incuestionable prestigio.
Se cumplen este diez de enero 95 años del vil asesinato en México por sicarios del dictador cubano Gerardo Machado, segando su vida con solo 25 años, mientras caminaba junto a su compañera de lucha y sentimientos, Tina Modotti, después de salir de una importante reunión. Solo la apostasía y la sorpresa crearon las condiciones para el asecho de las manos criminales que en la oscuridad de la noche lo ultimaran a quemarropa.
Una insidiosa campaña de mentiras rebosó la prensa mexicana plantando la matriz de opinión de que el gobierno cubano nada tenía que ver con la muerte de Mella, que él había sido víctima de un crimen pasional, a la vez, se desplegó una injuriosa avalancha de desacreditación sobre Tina.
Tina Modotti, gritó ante su cadáver, pero no lloró en ese doloroso instante. Más tarde lanzó con fervorosa pasión, ponderadas palabras sobre Mella:
“En la persona de Mella asesinaron no solo al enemigo del dictador cubano, sino al enemigo de todas las dictaduras. Machado, una caricatura de Benito Mussolini, ha cometido un nuevo crimen, pero hay muertos que hacen temblar a sus asesinos y cuya muerte representa, para aquellos, el mismo peligro como su vida de combatientes. […] Esta noche, un mes después del cobarde asesinato, honramos la memoria de Mella prometiendo seguir su camino hasta lograr la victoria de todos los explotados de la tierra. De esta manera lo recordamos como él lo hubiera preferido: no llorando, sino luchando”.
Así pasó a la inmortalidad Julio Antonio Mella, como el gran ser humano y revolucionario que fue, como el hombre gallardo y atlético, amante de los deportes, el intelectual, poeta y enamorado, convencido de que “todo tiempo futuro tenía que ser mejor”, al que entregó sus ímpetus para cambiar las cosas muriendo por la Revolución.
En este año que también arribamos al 121 aniversario de su natalicio el 25 de marzo próximo, miles de jóvenes también se afanan por rendirle el más sentido homenaje ratificando esa decisión sublime de transformar y crear para crecer, de entregar lo más preciado, que es la vida, para que la Revolución continúe su empeño por hacer cada vez más libres y prósperos a sus hijos.
¿Quién mató a Julio Antonio Mella?
Texto y fotocomposición: Sergio I. Rivero Carrasco
Fotos: Tomadas de la Red