Esta Isla de ensueños, enamorada de la vida y del amor nació bendecida por la eterna juventud, las aguas, la belleza y la pasión; bendición que trasciende el tiempo madurando y no envejeciendo, como vaticinó el Apóstol, ese que sanó aquí las heridas del alma y del cuerpo, que conoció a profundidad la lealtad, la devoción y la justicia, y con ello multiplicó el deber, expuesto en el “Presidio Político en Cuba”, que al decir de los estudiosos tuvo sus cimientos e inspiración mientras sanaba también sus heridas aquí.
Del mismo modo es la Isla de Fidel, el mejor discípulo del Maestro, el que traspasó con el pensamiento glorioso y revolucionario las rejas de Presidio, e hizo volar el mensaje de libertad definitiva de la nación a todos los confines, transitando en la lucha desde el exilio hasta la liberación definitiva del yugo dictatorial que existía en Cuba al servicio del imperio.
Ellos, muy jóvenes, legaron la responsabilidad de hacerla crecer bella y radiante a sus semejantes etarios con la fuerza transformadora de las ideas, de las sociedades y del mundo todo. Aquí llegaron los jóvenes en oleadas de contingentes cuando esta ínsula estuvo arrugada por el paso del devastador Alma, pero ellos creyeron en destrozos; edificaron una sociedad con nuevos valores, levantaron esperanza y provenir, enaltecieron la dignidad de esa nueva descendencia que será un eterno orgullo.
Ya Fidel, en un histórico encuentro con los jóvenes que laboraban aquí en la inauguración de la presa Viet-Nam, con la que se iniciaba la Voluntad Hidráulica en la Isla, les dio la misión de transformar la Isla, no solo físicamente, también en el pensamiento, el uso de la ciencia y el amor. Solo sembrando mucho amor se podían recoger los frutos esperados después de tanto esfuerzo y dedicación.
Entonces no fue por azar que en el entorno del XI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes celebrado en Cuba, aquel sueño se haya hecho realidad, y por mandato y reconocimiento del Parlamento cubano, recibiera el 2 de agosto de 1978 el ansiado nombre de Isla de la Juventud; que no quedó solo en eso, sino que representó la dimensión de un profundo concepto humano, revolucionario y multiplicador de valores como había apuntado Fidel: “Llamémosle Isla de la Juventud cuando la Juventud aquí haya hecho algo grande…. Haya cambiado la naturaleza, la sociedad y el pensamiento”.
Fue así que esta Isla con el bien ganado nombre “de la Juventud” hace precisamente hoy 45 años, devenido concepto para crecer y avanzar, para amar y juntar derrochando belleza y abrazando a cuántos hijos vinieron a su encuentro y decidieron quedarse para adorarte cada día, desde aquí o desde lejos, pero con la certeza de que ninguno puede hoy vivir en su tranquilidad sin el reconfortador recuerdo de su Isla y el interés de entregar todo por su Isla.
Cada generación aquí ha entregado lo mejor de sí, no solo cubanos, sino jóvenes de todos los continentes que también se formaron en un plan educacional internacionalista, único en la historia, que forjó mucho talento y entrega a más de 60 naciones del orbe. Esa es la dimensión de la Isla de la Juventud, profundamente local, nacional e internacional; en cualquier sitio se encuentra un nativo hablando español que expresa con orgullo cuánto aportó este terruño a su formación como ser humano y profesional, cuánto aprendió de solidaridad, humanismo y colectividad.
En este cumpleaños también atrapa a infinitos nombres como Margarita, Miguel, Abel, Ernesto, Eloy, Ogando, Lince, Almuiña, Carlos, Víctor, María Isabel, Almuiña, Malena, Frank, Robertico… junto a otros miles imposibles de nombrar pero que están presentes en este reconocimiento y entrega de amor por su desinteresado aporte al desarrollo de esta Isla que también los abrazó como entrañables hijos.
Es este el momento propicio para que la juventud, sobre todo, y este aguerrido pueblo, se vuelquen a ponerle corazón a la Isla, de emprender nuevos proyectos en favor del Movimiento “Sentir Pinero”, haciendo valer su condición de municipio y la estimación a la atención a los hijos que se vuelcan a proponer y promover iniciativas y proyectos de desarrollo local, que enriquecen la participación ciudadana, abren nuevas capacidades laborales, contribuyen a hacer más emprendedores a sus hijos y se esfuerzan en lograr que esta Isla sea la joya de Cuba que soñó Fidel, la Isla de la eterna juventud aunque progresivamente su población cada vez peine más canas.
El mayor desafío de estos tiempos continúa estando en la producción de alimentos de todo tipo que nos aporte la soberanía alimentaria que el país y el municipio necesita. Nuestra condición de Municipio Especial nos hace fuertes para convertir a este territorio en Modelo de desarrollo local, en modelo de independencia económica y alimenticia, en modelo de ética, belleza, aprovechamiento de los recursos naturales, y con ello, una digna sede para ser la sede del Acto Nacional por el 26 de Julio en el 2024, haciendo realidad el mandato de Raúl en 1994 de que “Sí se pudo” “Sí se puede” y Sí se podrá” en esta propia Isla, cuando fue celebrada esta efeméride por vez primara como reconocimiento al quehacer de la juventud cubana.
Así queremos encumbrar a nuestra pequeña Ínsula: Poniéndole todo el corazón, para que prevalezca creativa, empoderada, laboriosa, atrevida, solidaria, internacionalista, vestida de verdeazul, hecha arco iris multicolor, hermosa, radiante, caribeña de pura cepa, orgullosa de ser rellollamente cubana y bendecida por su eterna juventud.
Una Isla de muchos nombres (María Esther)
Por: Sergio I. Rivero Carrasco