noviembre 6, 2024 ¿Quienes somos?

Casa del vino “Don Pepe el Mallorquín”.

Lo que el viento se llevó…

La casa del vino en plena decadencia, 2015

Escribía allá por el 2015, el periodista Pedro Blanco Oliva en su artículo De princesa a Cenicienta sobre la muerte de Pepe El Mallorquín, refiriéndose al estado de deterioro e inminente derrumbe de la conocida Casa del vino, bautizada con el seudónimo de aquel corsario que vivió y murió en tierras pineras, cuyo verdadero nombre era José Rives.

“(…) la casa del vino Pepe el Mallorquín, emblemático lugar convertido en sus inicios en escenario para el intercambio de intelectuales y que generó un movimiento de vinicultores que, hacia las delicias de los clientes, entre pescado frito y rodajas de queso. Al final se dejó transformar en un antro de perdición con borrachos de todas las calañas y la molestia de los vecinos.

Cuantas añoranzas, dicen algunos con caras quejumbrosas, al final murió el único pirata patrimonio de esta ínsula”.

Brindando el servicio a los clientes en uno de los salones.

Un poco de historia.

El área que ocupaba la Casa del Vino era en los inicios del siglo XX, parte del patio de una vivienda ubicada en la calle Martí, donde hoy está emplazado el edificio de CADECA y una casa. Para 1931 su dueño era Pastor Fundora, propiedad que llegaba hasta la calle 41. Con posterioridad esos terrenos fueron vendidos y comenzaron a construirse en ellos otras residencias familiares que cubrieron ese espacio de la calle 22 de Nueva Gerona hasta llegar a 41, en donde se levantó un hogar en el cual residieron Julita Arregui y Carlos Terra, a los cuales se le propuso, allá por los años 90 del pasado siglo, una permuta para establecer en su casa el nombrado centro gastronómico que era un proyecto de del Centro Histórico de Nueva Gerona. Consumada la mudanza, se remodeló el inmueble adaptándose a su nueva función.

 Una visitante asidua al lugar me comentó con tristeza como se había perdido aquel espacio donde pasó momentos tan agradables. Contaba que era una casa de madera y zinc, donde se vendía vinos con entremés de queso y jamonada. Tenía un almacén para el vino, unos salones uno más pequeño y otro más amplio y un reservado.

Estado actual del lugar.

Han pasado los años y de este popular centro gastronómico de Nueva Gerona, que se levantó en la calle 22, esquina a 41, solamente permanecen en la actualidad sus ruinas y algún que otro elemento que lo integró. La casa, donde se ofertaba los servicios ya no existe y la bodega donde se almacenaba el vino todavía se puede apreciar; el lugar tiene un aspecto deprimente donde la basura y el abandono reinan. 

Imagen de agosto de 2024

Soy de los que albergo la esperanza de que este lugar sea vuelto a la vida como una opción más para el disfrute de los pineros; proyectos se han presentados de estilos más modernos y no tan apegados a la arquitectura de la casa original, pero lo que importa sobre todo es la función social que tendrá si logramos que se materialicen y desterremos tan detestable imagen que diariamente todos observamos de este céntrico espacio urbano de la capital pinera. ¡Pongamos manos a la obra!


 Algo de historia…

Pepe el Mallorquín (José Rives), tuvo un papel especial   en las actividades de saqueo alrededor de Isla de Pinos. Era natural de Islas Baleares, pirata que a la vez operaba como     corsario con el consentimiento de los colonos residentes en esta     ínsula, tesis avalada por sus buenas relaciones con las principales autoridades de la localidad y que se confirman aún más cuando en 1836 uno de los parientes de su mujer, Rosa Vinajeras, llamado Juan Vinajeras, ocupaba el importante cargo de Alcalde de Mar de la parte este de la Isla.

Pepe el Mallorquín tuvo su apostadero en la desembocadura del Río     Mal País, afluente del Río Júcaro, cercano al caserío de Santa Fe, lo que no descarta la posibilidad de que residiera en el mismo lugar, al igual que el resto de su tripulación.

El Mallorquín, para realizar sus actividades, contaba con una goleta, La Barca, que tenía un cañón y una tripulación de 40 hombres armados y diestros en las aventuras del mar y con los     cuales repartía el botín obtenido en sus aventuras. Se debe señalar que, junto a sus hombres, llegó a dominar el tráfico de la parte     meridional de Cuba y que esta fue la única defensa armada con que     contaban los pineros contra los ataques de los piratas y corsarios caimaneros y jamaicanos provenientes de las posesiones inglesas.

Desde 1822, Inglaterra se vio afectada por la presencia de este corso pinero, debido a lo cual, buscó   apoyo en los comerciantes de La Habana, los que pusieron a su disposición, los prácticos y los medios necesarios para poder eliminarlos. El primer encuentro tenido entre ingleses y los hombres de Pepe El Mallorquín en el delta del río Júcaro, terminó con la victoria de estos últimos.     Pepe hizo que dos goletas inglesas se internaran en el mencionado lugar, esperándolas allí con sus hombres y exterminándolos. Luego de esta derrota, los ingleses volvieron a Cuba y obtuvieron permiso del Capitán General Vives para desembarcar y perseguirlos     nuevamente.  Fue al año siguiente, en 1823, que más de cien ingleses bien armados   llegaron a Isla de Pinos para aniquilar a los piratas y tuvieron que luchar casi un año   para lograr su objetivo. En el último combate se dice que Pepe resistió hasta el final y que disparó tantas veces su trabuco que le reventó en las manos y que, herido de muerte, se refugió en casa de Rosa, su esposa, donde murió.


Por: Lic. Guillermo F. Maquintoche Vázquez.

                    Fotos: archivo personal.

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