El merecido homenaje al “Caballero del Diamante”

Se alza la tarde sobre el diamante pinero, y con ella, la emoción contenida de un pueblo que se reúne para rendir el muy merecido homenaje a un grande de los suyos.
Hoy no es un día cualquiera. Este estadio se transforma en templo, y el béisbol, en motivo para exaltar la grandeza humana y deportiva.
Porque no todos los días se tiene el privilegio de aplaudir a un caballero de verdad.

Uno que ha hecho del respeto, la humildad y la entrega, su uniforme permanente.
Dentro y fuera del terreno, ha sido ejemplo de disciplina, de nobleza, de amor por su camiseta… y por su gente.
Durante 29 Series Nacionales, ha defendido con pasión los colores de su terruño, convirtiendo cada turno al bate en un acto de fe, y cada jugada en el campo, en una lección de compromiso.
Su consagración no conoce límites, y su lealtad no tiene fisuras.
Hoy, su nombre brilla entre los más grandes de la historia del béisbol cubano.
Con 2,197 indiscutibles, ha superado al legendario Omar Linares Izquierdo, y se ubica, en solitario, en el octavo puesto entre los diez máximos hiteadores de nuestras Series Nacionales.

Pero más allá de los números, lo que lo hace inmenso es su legado en construcción. Porque continúa siendo faro para generaciones de atletas, inspiración para quienes sueñan con triunfar sin renunciar a la decencia, y orgullo para un pueblo que lo ha visto crecer, sudar, luchar… y seguir venciendo.
Por eso, hoy, un grupo de fieles aficionados, trabajadores por cuenta propia, mipyme, factores de la comunidad, vecinos del reparto 26 de Julio, la dirección de Deportes, la comisión de béisbol
y todo el pueblo pinero, han unido sus corazones y voluntades para tributarle un homenaje que nace del alma.
Como muestra de gratitud, se le hace entrega de algunos estímulos sencillos pero sinceros, nacidos del cariño y la admiración de su gente.
Algunos gigantes se reconocen por sus actos, no por sus apariencias. Visten uniforme, empuñan un bate, y avanzan con paso firme, guiados por la dignidad como su estandarte.

¡Honor al “Corcel de Santa Fe”!
¡Honor a Luis Felipe Rivera Despaigne!
¡Gracias, por tanto, campeón! ¡Tu historia aún se escribe… y la seguimos celebrando!
Texto: Frank Pupo La Rosa
Fotos: Tomadas de la red
