Inicio de la Guerra Chiquita
La sección la Reseña del día se adentra hoy en el segundo intento de contienda independentista después de la Protesta de Baraguá y desde el 24 de agosto de 1879 se inició lo que llamo por nombrarse La Guerra Chiquita que se extendió hasta mediados de diciembre de 1880.
Este nuevo esfuerzo independentista fue organizado y dirigido por Calixto García que encabezaba la dirección del Comité Revolucionario Cubano con sede en los Estados Unidos. Para el desarrollo exitoso de esta nueva guerra anticolonial jugaron un papel primordial los clubes revolucionarios que se habían constituidos en el exilio y en la región centro- occidental de Cuba.
Según ha señalado el Dr.C Manuel Fernández Carcassés, los dos grandes males que tuvieron los clubes desde su incubación fueron:
“(…) muchos de ellos en la región occidental quedaron organizados solo para la “raza de color” (…) grave dificultad que expresó la falta de unidad aún imperante en esas zonas del país, por el predominio de ideas racistas (…) algunos clubes establecidos en La Habana exigieron que la dirección del movimiento se radicara en esa ciudad, y que desde allí emanaran las órdenes e indicaciones al resto de las regiones. Esta pretensión socavó en alguna medida la unidad revolucionaria”.
Se ha demostrado que Calixto García y sus partidarios en la Isla lograron establecer una estructura conspirativa que aunaba esfuerzos entre los revolucionarios exiliados y los residentes en la misma (Región Occidente- Las Villas). En el Oriente del país las fuerzas revolucionarias se organizaban bajo las instrucciones del general Antonio Maceo, las cuales eran impartidas por hombres de su confianza quienes llevaron a cabo la organización del territorio, por lo que era evidente la existencia de dos fracciones que demandaban un inmediato encuentro físico entre los jefes.
Desde su arrancada, la Guerra Chiquita tuvo dos centros diferentes: el de la emigración, con Calixto García al frente, y el de la provincia de Oriente, animado por Antonio Maceo y sus seguidores. Aunque García visitó a Maceo en Jamaica en agosto de 1879 para aunar voluntades, la verdadera unidad no se logró por razones de tipo subjetivo.
El general Belisario Grave de Peralta, en Holguín protagonizó el alzamiento que dio inicio a esta segunda guerra contra el dominio español el 24 de agosto de 1879, la bandera tricolor de estrella solitaria ondeaba nuevamente desafiante a la autoridad española. La llamarada revolucionaria se extendería con rapidez por otras regiones orientales, y el día 26 del propio mes los santiagueros José Maceo, Guillermón Moncada y Quintín Bandera, desde el corazón de la ciudad, salieron acompañados de sus seguidores a los campos de Cuba libre.
Los derroteros del 68 harían mella nuevamente dentro de las filas revolucionarias, y se harían presente en esta guerra desde sus génesis incidiendo notablemente en su fracaso. El racismo fue el arma empleada por los adversarios de los revolucionarios cubanos para dividirlos, el miedo al negro, sería la causa por la que el general Calixto García pidió al Titán de Bronce no arribar a Cuba entre las primeras expediciones. Creyendo que obrando de esta manera se lograría reducir la marea racista esgrimida por España.
Las observaciones de Máximo Gómez sobre lo prematura que resultaría esta guerra, ya que a su juicio se debía esperar a tener mejores condiciones para alcanzar los propósitos del 68, fueron un presagio por parte de este excelente cuadro militar que no dio su concurso a la misma por creerla condenada al fracaso.
La participación de José Martí en la membresía del Comité Revolucionario Cubano le posibilitó obtener valiosas experiencias para desarrollar su obra por la independencia de Cuba.
En síntesis, ¿por qué fracasó este movimiento armado? Algunos historiadores alegan entre los factores adversos la falta de un liderazgo político y militar, existencia de prejuicios raciales, posición reaccionaria de los partidos políticos burgueses existentes en Cuba, efectividad de las acciones políticas y militares desarrolladas por las autoridades coloniales durante su etapa de preparación y realización.
Sin duda, la experiencia adquirida por los generales revolucionarios en la Guerra Chiquita fue una gran ayuda para ellos, y después de la Guerra del ’95 y la Guerra Española-Estadounidense, Cuba obtuvo su independencia de España, aunque de forma parcial debido a la Enmienda Platt que los Estados Unidos colocaron en la constitución cubana.
Redacción Web
Tomada de la red