junio 23, 2025 ¿Quienes somos?

Tres monumentos a la soberanía cubana en el parque de Nueva Gerona.

Recientemente, al cumplirse los 100 años de la ratificación del tratado Hay- Quesada que reafirmó la pertenencia de Isla de Pinos a la nación cubana, se restablecieron tres sitios representativos de la historia política, social y cultural de la Isla de la Juventud.

Transitaron décadas, desde que aquellos monumentos fueron destruidos, desaparecidos o simplemente ignorados por el hombre con los cambios turbulentos que atravesó Cuba allá por los años 1940 y finales de los´50 del siglo XX que trajo  finalmente el triunfo de la insurrección armada y la construcción de una nueva sociedad

Emplazados en el centro histórico de la ciudad de Nueva Gerona, precisamente en el parque José Lacret Morlot y la actual escuela de Arte Leonardo Luberta, antiguo centro escolar Luis de la Maza-Arredondo Casanova, forman un triángulo, que coronan cada uno de sus ángulos.

Ellos exponen un discurso bien definido en torno a la soberanía cubana sobre su territorio, con su bandera de la estrella solitaria, la imagen de nuestro Héroe Nacional José Martí y la tarja dedicada al patriota cubano Cosme de la Torriente y Peraza, que tras su exitosa gestión logró que el Senado norteamericano ratificara el tratado Hay-Quesada, revalidando así, de hecho y de derecho, la soberanía de Cuba sobre Isla de Pinos.

  • Monumento a la bandera.

En torno al izamiento de la bandera cubana se producía una ceremonia donde participaban los alumnos de las escuelas con su claustro docente y un público interesado en honrar a la enseña nacional. Hecho que se generó desde finales de los años ´20 del pasado siglo hasta la década de 1960.

La tarja colocada en la base del monumento tiene inscripta una máxima de José Martí referida a honrar a este símbolo. El pabellón de un pueblo es su reliquia más amada.

  • Busto de José Martí.

El busto del Apóstol de nuestra independencia, fue creado por un recluso del Presidio Modelo y situado en el lugar allá por los años ´40 del siglo XX. Alrededor de él se concentraban cada 28 de enero, 19 de mayo y otras fechas vinculadas a la vida del José Martí, los estudiantes y la población pinera para homenajearlo, rindiéndole culto a su memoria. Allí se irradiaban discursos y versos alegóricos; grupos de niños en armónico coro entonaban alabanzas y se depositaban ofrendas florales ante la imagen gallarda del héroe.

Un día, cubanos en una noble actitud, desaparecieron este busto, pues su estado era tan   deplorable que hacia indigno preservarlo.

Parada escolar un 28 de enero ante el busto del Apóstol.

  • Monumento a Cosme de la Torriente.

Cierra el triángulo, el bloque de mármol que sostiene la tarja dedicada al diplomático cubano Cosme de la Torriente, y que formaba parte del monumento original que incluía el busto de este patriota.

En junio de 1951, como parte del homenaje nacional al doctor Torriente fue develado en el parque Lacret “como símbolo de afirmación nacional de su eficaz y triunfal labor diplomática”, el busto de este patriota que había logrado finalmente la ratificación del Tratado Hay-Quesada.

En el acto organizado por el médico y político cubano Gustavo Cuervo Rubio, participaron entre otras destacadas figuras, el general mambí Enrique Loynaz del Castillo, el escritor Félix Lizazo y el doctor Waldo Medina.  El busto fue develado por Natalia Sandoval, nieta de Cosme, mientras niños de las escuelas entonaban himnos en elogios a José Martí.

El busto fue esculpido en bronce por el reconocido artista cubano Juan José Sicre, complementado por una tarja con una inscripción; bien cultural que fue recuperado y emplazado nuevamente.

Pretendemos volver a colocar en el lugar la imagen de Cosme y saldar una deuda con esta personalidad, tan cercana a la historia de la actual Isla de la Juventud.

Cada una de estas construcciones conmemorativas cuenta una historia, donde confluyen los sentimientos de soberanía, libertad e independencia de la Patria cubana y que señala directamente a la Isla de Pinos que una vez quiso ser arrebatada del seno de Cuba.

La bandera de la estrella solitaria, símbolo de autonomía, la tarja en memoria de Torriente, señal de soberanía y la imagen del Maestro que entregó su vida a la liberación de su tierra natal.


Por: Lic. Guillermo F. Maquintoche Vázquez.

                Fotos: archivo personal

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