enero 26, 2025 ¿Quienes somos?

¿Vikingos en la Isla? 

Tomando por la carretera que se dirige a la playa Arenas Negras, conocida como Bibijagua, a un kilometro antes de llegar a sus cálidas aguas, existe un lugar llamado El Samurái,un sitio que tiene su historia particular, pues por esa zona se levantó en el siglo XIX un ingenio azucarero con una dotación de más de 20 esclavos que atendían dos caballerías de tierras.

Todavía permanecen las ruinas de este trapiche, y muy cerca de él las de una residencia de ciudadanos estadounidenses que se asentaron ya en el siglo pasado en el territorio pinero.

Pasa el tiempo, triunfa la Revolución Cubana en 1959 y para Isla de Pinos se traza un programa de desarrollo social y económico. A la Isla se trasladan miles de jóvenes para materializar estos planes y dentro de esta masa juvenil llegan grupos compuestos por muchachos con ideas y costumbres diferentes, de diversa extracción social, con una edad promedio de 15-16 años de edad y algunos deformados por el medio social que los rodeaba, lo que trajo inicialmente dificultades ante estas actitudes negativas.

Danilo Jorrín, vecino del reparto Chacón y que estuvo al frente de estos jóvenes me contaba que en muchos casos “eran niños de la calle, marginales, abandonados por las familias, deformados, con malas costumbres que procedían de La Habana. Ellos provocaron muchos problemas en Nueva Gerona y cada vez que esto ocurría me llamaban para que los recogieran. Nuestra misión era reeducarlos para enderezar su conducta”. 

Es por ello que la población pinera comenzara a identificarlos como los vikingos por aquellas acciones violentas que protagonizaban, coincidiendo con la exhibición de una película muy en boga por la década de 1960 que trataba ese tema, que, si mal no recuerdo, se titulaba La furia de los vikingos o simplemente Los vikingos.

Estos jóvenes fueron alojados en el Campamento Samurái, donde llevaban una organización semimilitar. Se agrupaban en compañías con distintos niveles de mando en manos de militantes de la Unión de Jóvenes Comunistas o aspirantes a esta.

El campamento estaba integrado por 4 barracas de paredes de ladrillos pintadas de gris y techo de fibrocemento con una capacidad para 70 literas dobles. Junto a estos albergues había una instalación deportiva: terrenos de pelota, baloncesto, volibol, campo y pista. El comedor estaba distante de las barracas.

Su vida en el lugar era rigurosa, donde la disciplina, el trabajo, el estudio y la preparación militar eran esenciales para su reeducación y formación en la nueva sociedad que nacía.

Así estaba organizada:

5 am: ¡De pie!, formar la compañía, hacer los ejercicios matutinos y marchas al comedor a desayunar.

7am: A las aulas. Las clases la imparten los maestros de avanzada Conrado Benítez.

11am: Terminan las clases y marchan a las instalaciones deportivas, bajo instructores del INDER.

12.30: pm Comedor. Descanso en las barracas hasta las 2pm

2pm: Trabajo agrícola.

6.30 Regresan al campamento, se bañan, van al comedor, luego preparación combativa. También pueden ver películas que traen en el cine móvil.

Los domingos se alternan la preparación combativa y el trabajo voluntario por las mañanas y ya por las tardes, después de almorzar se les da permiso para salir a Nueva Gerona a bailar u otra actividad de distracción.

Cada 45 días, tienen 5 de pase para visitar a sus familiares.

Danilo Jorrín, junto a un compañero del campamento.

El coro que formaron, bajo las orientaciones de instructores de arte, tenía entre sus canciones El himno del Samurái. el cual se los reproduzco a continuación:

A la Isla hemos venido

A cumplir con un deber

A estudiar, a trabajar

Y a construir el socialismo.

Con las armas en las manos

Sabremos también defender

La victoria del socialismo

A la Patria y a Fidel

Siguiendo el ejemplo

De nuestro aguerrido Che

Comunistas nos formaremos

Por la solidaridad.

Estos jóvenes contribuyeron en el desarrollo agrícola de la Isla, que le brindó con el trabajo y el estudio, enmendar aquellas conductas negativas por las que todavía se les recuerda desdichadamente. Se trasformaron en hombres de bien, crearon sus familias y se integraron a la sociedad.

Los cítricos que adornaron nuestros campos se lo debemos en parte al esfuerzo y sacrificios de aquellos adolescentes que integraron a las decenas de brigadas que arribaron a la Isla de Pinos por los años 60   para contribuir a una mejor sociedad pinera. Así debemos recordarlos.

Los jóvenes en el comedor.

Nota curiosa

Vikingos: tribus bárbaras llamadas germanas por los romanos que aterrorizó Europa. Procedían de Escandinavia y atravesaban velozmente el mar asolando las costas desde sus naves.

Empezaron con asaltos y saqueos, retirándose antes de que fuera posible oponerles una resistencia organizada. Pero con el tiempo se volvieron más audaces, llegando a ocupar y a asentarse en gran parte de Europa. Siendo paganos, no dudaban en asesinar a clérigos y en saquear las propiedades de la Iglesia. La población se sentía atemorizada por su ferocidad y crueldad. Por otra parte, eran diestros artesanos, marineros, exploradores y comerciantes.

  • Datos tomados del articulo Miguel Duquesne (El Samurai) del corresponsal Fidel Vélez, que aparece en un periódico Victoria de 1968.

             Fotos de un documental de Sara Gómez que trata el tema. (1968)


 Por: Lic. Guillermo F. Maquintoche Vázquez.                       Fotos: archivo personal

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