abril 25, 2025 ¿Quienes somos?

A 71 años, La Historia me Absolverá tiene que decir

Hace 71 años el joven Fidel presentaba su alegato de autodefensa en el juicio de la causa 37, sobre el ataque a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. Su brillante pieza oratoria sigue siendo bandera de lucha de millones de personas en el mundo.

Fue el 16 de octubre de 1953, en el salón de enfermeras del Hospital Civil Saturnino Lora, de Santiago de Cuba, cuando aconteció algo sui generis: los postulados de los manifiestos de La Demajagua (1868) y de Montecristi (1895), programas de lucha de la única Revolución Cubana, se fusionaron, ya no en la manigua, sino en la potente voz de Fidel, al pronunciar un alegato de autodefensa en el que se redimía y vindicaba a la Patria ultrajada.

Medio siglo de República neocolonial hacía cotidiana la amenaza perenne del desalojo para los pequeños campesinos; de las mejores tierras para las compañías extranjeras; 400 000 familias viviendo en condiciones de hacinamiento e incontables sin una vivienda; más de un millón de analfabetos e igual número de desempleados, en un país con apenas industrias y escasos servicios de Salud.

Cuando “parecía que el Apóstol iba a morir en el año de su centenario, que su memoria se extinguiría para siempre”, Cuba no lo permitió, y un grupo de sus mejores hijos se rebeló, justificado por la historia y defendido por el pueblo. Del legado de Céspedes y la savia martiana se valió aquella generación que derrocó la tiranía, eliminó para siempre el entreguismo y materializó el anhelo de una Patria “con todos y para el bien de todos”.

El Programa del Moncada indicó el camino para que los campesinos se convirtieran en propietarios de las tierras que trabajaban; los alquileres fueran rebajados y se ejecutaran planes de construcción de viviendas; para que Cuba se librara del analfabetismo y que la garantía del empleo dejara de ser una utopía; para que comenzara la industrialización y que, hasta en los sitios más intrincados, estuvieran un médico, una enfermera y una institución de Salud; logros que hasta los organismos internacionales reconocen y ponen como ejemplo para el mundo.

La Revolución siguió edificando sus bases sobre esos principios, y el enfrentamiento feroz al mayor imperio de esta época la han fortalecido en sus principios, negada a ceder un ápice, aunque las circunstancias se tornen excesivamente adversa como ocurre en nuestros días, y enarbola con honor la legendaria frase de Fidel hace 71 años: “¡Condenadme, no importa, la historia me absolverá!”.

“La Historia me Absolverá”


Fotos tomadas de la red.
Por Redacción Web

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