Antecedentes del Faro de Carapachibey.
El sistema de faros es garantía para la navegación en el mundo entero y su ubicación en puntos estratégicos de la costa es una práctica que nació en la antigüedad y que favorece desde entonces el tráfico marítimo.
Desde que el saqueo de oro, plata y piedras preciosas en el Nuevo Mundo se estableció como política colonial de España, la continua presencia de navíos en el otrora apacible mar Caribe, se hizo cotidiana. Por el sur de la Isla transitaban embarcaciones que iban o venían a importantes puntos de las colonias españolas como Puerto Cabello, Maracaibo y Cartagena de indias. Fue esa la razón por la que las autoridades coloniales levantaron un faro en el sur de la Isla de Pinos, en el sitio conocido como Cabo Pepe. Cierto que fue un faro rústico, sin muchas pretensiones, pero cumplía su objetivo. Ese faro se levantó una y otra vez, luego de ser dañado por los numerosos huracanes que transitan por esa parte del Caribe y también por alguno que otro incendio.
Ya en el siglo XX el faro rústico fue sustituido por otro de vigas metálicas hasta que, finalmente, en la década de los 80 quedó concluido el faro de Carapachibey con sus más de 130 metros de altura, uno de los más altos del continente. Sin embargo, algo no tuvieron en cuenta los contratistas a la hora de escoger el lugar donde se levantaría la importante luminaria.
En 1993 esta periodista entrevistó a María Isabel Figueredo, nacida en el sureño Hato Milian y buena conocedora de la costa meridional de la Isla.
"Los que somos del lugar sabíamos que no era buen sitio donde querían levantar el faro y se lo dijimos a los constructores. Los Figueredo habíamos vivido en el sur por varias generaciones y sabíamos bien como se comportaba el mar algunas veces. Allí, donde levantaron el faro hubieron ras de mar en el pasado y nada garantiza que no ocurran otra vez"
Sin embargo, nadie hizo caso a las advertencias, confiados de la majestuosidad del coloso, con bases muy sólidas y pilares ultra resistentes. Pero la naturaleza no tardó en cobrar el desliz.
En 1993, la llamada Tormenta del Siglo hizo lo suyo en el faro de Carapachibey. Cierto que la estructura principal se mantuvo estoica, pero el mar barrió sin piedad toda la cerca perimetral y las construcciones aledañas y el nivel del agua amenazó las casas de los fareros, construidas a más de tres metros de la superficie.
Sin dudas, un ejemplo clarísimo de que la naturaleza siempre reclama lo suyo y también de que la sabiduría popular, aun cuando provenga de fuentes empíricas, ha de ser tomada en cuenta.
Bojeo a Cuba: Faro de Carapachibey, emblemática torre de la Isla de la Juventud
Por Linet Gordillo Guillama
Fotos tomadas de la Red