El Benny NUNCA dejará de cantar
Un día como hoy 19 de febrero, pero de 1963 parecía que se apagaba la canción con el deceso del cubanísimo Bartolomé Maximiliano Moré Gutiérrez, es decir, Benny Moré; quien había nacido para gloria de Cuba un 24 de agosto de 1919 en Santa Isabel de las Lajas, su tierra adorada y musicalizada, ubicada en la actual provincia de Cienfuegos. Es el Benny, así de sencillo el que las grandes multitudes le siguieron en su carrera artística; es sencillamente “El Benny”, el que entonces llenaría su corazón de gozo por la admiración que se le profesa.
Como es lógico el Benny, un negro que proviene de familia muy humilde, crecido en los predios de los barrios y ciudadelas citadinas del centro de Cuba, no fuera bien mirado en su época en los encumbrados sitios donde se reunía la aristocracia criolla, pero él nunca olvidó los tiempos de penuria, las vejaciones y humillaciones que en aquella época acompañaban a los hombres y mujeres de su condición, aunque fueran verdaderos talentos como él. Y así, con toda la gloria conquistada mantenía el apego a su condición, lo cual quedó demostrado en que ya en medio de la fama declara un día: “Lo que sucede es que me abruma la fama y hasta el dinero. Como nada de eso me enloquece, no acepto coqueteos con la gloria. Más bien los rechazo”. Y así murió.
Al “Bárbaro del Ritmo”, como también fue calificado, lo distinguió su carisma, la capacidad para liderar a los amigos, incluso a multitudes en sus presentaciones; lo identificó su fácil y desenfadado andar en todos los ambientes y grupos de amigos, admiradores y empresarios. Su forma única lo distinguió al vestir con el pantalón de dril y tirantes con saco o guayabera criolla rebozado de cubanidad, el porte muy personal con bastón en mano y pasillos de genuino sabor, acompañados por sus característicos gritos en medio del baile, lo hacían alcanzar una empatía única con el público. Él en sí mismo constituía una muestra de una elocuencia artística excelentemente concebida.
Comentario aparte merece el hecho de que haya sido uno de los pocos músicos cubanos que le haya dedicado la interpretación de tantas melodías a muchas ciudades cubanas, aunque en ellas no haya vivido, como son las canciones “Santiago de Cuba”, “Manzanillo”, “Guantánamo” y “Marianao” engrosaron junto a su natal “Santa Isabel de las Lajas” y “Cienfuegos”, las páginas musicales pueblerinas, que hoy sus pobladores en franco agradecimiento hacen suyas sus canciones.
El 24 de agosto de 1963 Cuba y el mundo lloraron al Benny, y a partir de ahí, su música sonó más alta y hasta con mayor vuelo: Había quedado para posteridad, sencilla, cadenciosa, bonita y sabrosa como siempre fue “El Bárbaro del Ritmo”.
El Benny no fue solo de Cuba, sino latinoamericano y universal. Él mismo recorrió muchos países con su modo cubanísimo y especial de hacer la música y el sonido excepcional de su armónica y acoplada Banda con los más ‘pegáos’ en las multitudes que lo seguían como “Bonito y sabroso”, “Santa Isabel de las Lajas” “Maracaibo oriental” “Dolor y perdón”, “Cienfuegos” “Francisco guayabal”, “Qué bueno baila usted”, entre otras muchas que aún resuenan y resonarán por siempre porque el Benny NUNCA ha dejado de cantar.
BENNY MORE Cienfuegos
Por Redacción Web.
Fotos Tomadas de la Red