diciembre 4, 2024 ¿Quienes somos?

Martí siempre revela el bien por la Madre Natura

En tiempos en que se han puesto de manifiesto los efectos dañinos de Oscar y Rafael en Cuba, y la Dana en Valencia, por tomarlos como ejemplos, se impone pensar y obrar muy en serio sobre el cuidado del medio ambiente, de impedir las acciones que lo dañan y producen su respuesta agresiva; se impone, sobre todo, consultar al Apóstol José Martí, que siempre tiene mucho que decirnos, aconsejarnos, indicarnos, para ser mejores seres humanos y más conscientes habitantes de nuestro planeta y representantes de la estirpe de nuestra especie: La humana.

Siempre adelantado a su tiempo, numerosas son las menciones que hace el poeta, escritor, y visionario cubano José Martí acerca de la naturaleza, tanto en su prosa como en su poesía.

Así se evidencia en un artículo publicado en el periódico Patria, el 26 de marzo de 1892 en el que escribe: “El mundo sangra sin cesar de los crímenes que se cometen en él contra la naturaleza”.

El Maestro también exhorta transformar la enseñanza, incluyendo la necesidad de inculcar desde la niñez el amor por la naturaleza:“Detrás de cada escuela un taller agrícola, a la lluvia y al sol, donde cada estudiante sembrase su árbol”. (OC. V: 8, P: 287).

Para el más universal de los cubanos siempre estuvo muy claro el deber de los seres humanos de preservar el medio ambiente, y así lo refleja en la idea de sembrar árboles, algo de lo que el mundo actual está tan necesitado porque a cada paso desaparecen pulmones globales como la Amazonía y los bosques africanos.

En relación con ello el Apóstol reflexionó: “Cada cual, al morir, enseña al cielo su obra acabada, su libro escrito, su arado reluciente, la espiga que segó, el árbol que sembró”. (OC. V: 9, P: 63).

Y puntualizaba, además: “Debiera exigirse a cada hombre, como título a gozar de derechos públicos, que hubiera plantado cierto número de árboles”. (OC. V: 8, P: 378).

Martí no solo habló del hombre como especie avanzada y ser social, sino que tuvo en cuenta algo muy esencial, y es la relación entre las personas y la naturaleza, lo cual está presente en su pensamiento: “El hombre no se halla completo, ni se revela a sí mismo, ni ve lo invisible, sino en su íntima relación con la naturaleza”. (OC. V: 13, P: 25).

Además, sentenció con mucha prudencia: “Divorciar el hombre de la tierra, es un atentado monstruoso. Y eso es meramente escolástico: ese divorcio.

A las aves, alas; a los peces, aletas; a los hombres que viven en la Naturaleza, el conocimiento de la Naturaleza: esas son sus alas”.

La “Madre Natura” es lo más importante, es lo que los seres humanos estamos llamados a salvaguardar aunque le hayamos hecho tanto daño y como respuesta, recibido de ella incontables manifestaciones de rebeldía, que hoy marcan la existencia del cambio climático, poniendo en peligro la sobrevivencia de nuestra especie y de nuestras condiciones naturales de vida, al multiplicar los dañinos efectos de los eventos meteorológicos producidos en todas las latitudes con numerosas pérdidas de vidas humanas y recursos materiales, al punto de que en algunos sitios se ha transformado hasta su relieve.

Y es que como bien apuntó el Maestro: “¡Quién que mide su cerebro con el de la naturaleza, no le pide perdón de haberse creído su monarca!”. (OC. V: 8, P: 432).

Nos quedamos entonces con ese Martí amante del Ambiente, de la naturaleza de El Abra en sus años mozos, que le permitió sanar las desgarraduras del presidio, ese Martí que apuesta por la vida y las virtudes naturales y sencillas del hombre:“Denle al vano el oro tierno / Que arde y brilla en el crisol: / A mí denme el bosque eterno / Cuando rompe en él el Sol. “Yo he visto el oro hecho tierra / Barbullendo en la redoma: / Prefiero estar en la sierra / Cuando vuela una paloma.


Por Redacción Web

Fotos tomadas de la red

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