Mi Partido

Mi Partido es único e irrepetible porque única es su relación con el pueblo, porque existe por y para él, porque ha sido definitorio para salvaguardar sus conquistas en los momentos más complejos de la Revolución; es el continuador y multiplicador de sueños, sacrificios y esperanzas. Es el que tiene raíces muy profundas en la historia Patria y fue creado para representar a toda la nación y conducir la “guerra necesaria”.

Fue el que Martí modeló con el concurso de los cubanos para lograr la unidad de acción como enseñanza suprema de contiendas anteriores, y que a través de las diferentes generaciones ha seguido apuntando por ser el principio de principios que ha logrado la fuerza capaz de defender la razón, la libertad y las ideas.

Mi Partido es como parte de mí mismo. Desde muy joven abracé sus filas y cada vez me enorgullece más su militancia por ser el guerrero inconforme que guía a los cubanos, que contra viento y marea ha marcado la brújula para guiar a este pueblo hacia el alcance de sus más anhelados sueños venciendo todos los obstáculos y creciéndose ante las adversidades.

Es el Partido que tomó el independentismo de Céspedes, Agramonte, Máximo Gómez y Martí; el antiimperialismo que inició y predijo el Apóstol con la venia posterior de Mella, Baliño, Villena y Guiteras.

Es el Partido que nos enseñó sobre la consideración y valía del ser humano, de la necesidad de la instrucción y la cultura para hacer realidad los preceptos del Maestro de “ser cultos para ser libre” y de Fidel afanado en que lo primero que se debe salvar es la cultura, como espada y escudo de la nación.

Mucho ha dado a los cubanos mi Partido, que sería imposible continuar sin él por esta senda del desarrollo y el bienestar, por el que se lucha a pesar de todos los obstáculos que impone la crisis general económica, institucional, de valores y social recrudecida por la pandemia de la covid-19, y multiplicada además en nuestro caso por las 240 medidas coercitivas y punitivas aplicadas por el Gobierno de Estados Unidos a nuestro país, desoyendo todos los reclamos de la Organización de Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud, y otras organizaciones, organismos internacionales y ciudadanos de todo el mundo. El bloqueo es el principal obstáculo que tiene Cuba y el que más afecta a la familia cubana.

Mi Partido es el que no conoce de miedos y se abre el corazón frente a su pueblo cuando algo necesita de su confidencia, intercambio o de emprendedoras tareas. Es el que por estos días en cuadras, barios, centros productivos o escuelas dialogando con el pueblo, poniendo el oído donde se forja la nación cada día para resistir, crear, avanzar y crecer.

Ese es mi Partido, el que me enseñó que Unidad significa sacar el mayor provecho de la fuerza más formidable y poderosa de la Revolución, compartir el combate, los riesgos, los sacrificios, los objetivos, ideas, conceptos, estrategias y luchar lucha contra anexionistas, vende patrias y corruptos.

Es mi Partido el que cree y confía profundamente en sus jóvenes, en esa juventud cubana que ha sido vanguardia y protagonista de cada transformación. El que vive orgulloso de que la Revolución haya nacido de los jóvenes y de que continúen hoy erguidos, siendo la continuidad, el motor impulsor, la raíz y el sustento arrollador de nuestro proceso revolucionario.

Mi Partido se ha crecido ante la complejidad del presente para fortalecernos en el cumplimiento del deber, en la voluntad de no dejarnos aplastar por la realidad y crecernos ante ella. El que nos sigue demostrando que estos también son tiempos de ¡PATRIA o MUERTE! para aportar más VIDA, para consolidar la unidad y la continuidad, ponderando la valía del socialismo, de la justicia social y, sobre todo, de esa poderosa fuerza que es él por sí mismo: El Partido Comunista de Cuba.

Partido Comunista de Cuba, vanguardia de la nación

Fotos tomadas de la Red

Por Sergio I. Rivero Carrasco