Una isla verde

La floresta pinera cubre más del 70 por ciento de este territorio insular. Sin dudas uno de las regiones del país con mayor por ciento de superficie boscosa.

Bosques maderables, energéticos, melíferos y frutales crecen en muchas zonas del Municipio Especial, sobre todo en áreas protegidas y reservas ecológicas, así como en las sierras de las Casas, de Caballos y de Cañada. En las áreas bajas del litoral se enseñorean los manglares, uno de los ecosistemas de mayor biodiversidad, tanto terrestre como marina.

Los bosques de galería también son recurrentes aquí, donde crecen bordeando los cauces de agua e impidiendo la erosión de las márgenes… La caña brava y la palma real se disputan un sitio junto a la frescura de la corriente.

Muchas otras especies de palmas se yerguen también en los bosques pineros entre numerosas especies autóctonas e introducidas. Y, por supuesto, el pino: árbol emblemático que distingue y caracteriza el patrimonio forestal de esta Isla.

En los bosques pineros crece una rica biodiversidad, donde las aves merecen capítulo aparte. Desde el cubanísimo tocororo y otras especies plumadas hasta la parlanchina cotorra, alegran con sus  sonidos el verdor de la floresta.

Árboles como estos, con más de una centuria a cuestas, son testigos vivientes de la historia de la tierra. De ellos sembramos la simiente con la que crecerán los nuevos bosques pineros. Bosques a los que todos estamos llamados a multiplicar y proteger para que esta Isla  siga siendo verde.

Por: Linet Gordillo